sábado, 10 de marzo de 2007
MIS OJOS TRAS TU MIRADA
En nueve gestos conseguí fotografiar el sentir de una persona muy especial en mi vida de las pocas que hay. Estas palabras no las compuse yo si no más bien es la transmisión que se produjo una vez que su mirada conecto a la mía para traducir lo que a diario en sus ojos pretendí descifrar:
[Uno…]
En aquellos tiempos la vida era totalmente distinta a lo que mis envejecidos ojos hoy pueden ver. Antes nos sumíamos a las ordenanzas intrínsecas de nuestros progenitores sin tener la oportunidad de realizar una vida llena de anhelos y metas personales, nada de eso existía, los sueños no eran sueños sino meras fantasías que cada uno atesoraba tras el paso de sus propios días. No había muchos caminos por seguir, excepto el que estaba predispuesto por la mentalidad colectiva de aquellos años.
[Dos…]
Mi verdadero camino comenzó el día que conocí al hombre que por imposición o libre elección pasó a formar parte de mi existencia por el resto de sus días. Hoy recuerdo nuestra juventud plasmada en una fotografía que todos observan con extrañeza cada vez que se detienen a comparar mi actual imagen con la del tiempo pasado; una figura esbelta, piel tersa, facciones definidas, cabello largo y hermoso. Fue en ese entonces que decidí compartir mi vida con ese “alguien” que en mis sueños de vez en cuando recuerdo.
[Tres…]
Conseguí obtener la dicha de traer a este mundo a nueve inocentes vidas que hoy sin duda sostengo son el broche y final incógnito de mi historia, una leyenda que tendrá nueve distintos caminos y versiones pero siempre con un mismo final que convergerá sólo en mi. Tarea difícil para mi realidad en ese entonces, compleja y llena de diferencias, amarguras, penurias e histerias, lo cual ciertamente condujo a la formación definitiva de cada una de esas nueve personalidades que hoy junto a mi ventana no ceso de extrañar.
[Cuatro…]
Todos ellos me han hecho saber hoy en día en forma jocosa tal vez lo que verdaderamente sintieron en alguno de esos cuantos pasajes inolvidables de aquella pobre y estricta realidad. Pero qué podía hacer yo?? Qué podría haber cambiado yo?? Si a fin de cuentas yo también terminé siendo una muñeca a la cual cegaron las voces y el comportamiento severo de aquella imagen que permanecía cada día a mi lado… y debí amoldarme a tal forma de vida sin darme cuenta de lo que realmente ocurría.
[Cinco…]
Ya no hay forma de volver atrás, pasaron los años y tras la partida de mi amado compañero, la soledad se apoderó de mi alma y mi corazón, comencé a sentirme insegura, desprotegida y un tanto desorientada para poder continuar. De esta manera comenzó a manifestarse la verdadera mujer que siempre fui, soy y seré. A su vez, pasé a convertirme en el centro recurrente de encuentros y reuniones de la que es mi legítima raza. Comenzaba entonces, el que hoy presiento será mi destino final.
[Seis…]
El tiempo indudablemente pasa, se hace notar y deja todo tipo de huellas y marcas para recordar y otras que a diario van pesando en mí caminar como lo es el propio paso de los años traducido en vejez. Hace tiempo que ya no soy la misma, que las cosas cambiaron nuevamente y esta vez para mantenerme estable dentro de un mismo lugar. Me cuesta avanzar, y el mundo que hace miles de tardes solía contemplar, hoy lo conozco por susurros que el viento me trae, lindos y en su mayoría agobiantes, como en todo lugar.
[Siete…]
Aprendí a ser feliz únicamente con lo que me queda en la vida, con los momentos, las llegadas, un aniversario, un nacimiento, una breve compañía. Me pregunto entonces cuál podría ser mi vida si nada de lo que en mis inicios ocurrió hubiese sido real??, o más agobiante aun, qué sería de mi vida si hoy estuviera alejada sin vuelta atrás de lo que pasó a formar parte o a llamarse “razón de mi existencia”??…No logro imaginarme sostenida en pie de esa manera, porque tengo claro que ellos son mi debilidad.
[Ocho…]
Y ellos ya tienen su vida formada, y el tiempo sigue corriendo, esta vez en cuenta regresiva para mi. Mis tardes son siempre las mismas, no hay demasiada variación. Sentada junto a la ventana próxima a la calle me siento a observar el poco entorno que se me permite, y a esperar también que alguien acerque sus pasos hacia mi puerta y toque para permitirle entrar. Día tras día vienen y van, y me fui acostumbrando a todo aquello, ya es algo habitual.
[Nueve…]
Habitual también son las diferencias, las penas y alegrías. Hoy me siento sola, y no puedo negarme a mi misma aquel sentimiento que se apodera por completo de mi corazón cada noche al recostar mi cabeza sobre la almohada. Una incertidumbre, un abandono, un cuestionamiento que no me atrevo a pronunciar, son miles los pensamientos e ideas que cruzan por mi agotada pero vigente imaginación. Termino de cerrar los ojos esperando nuevamente el incierto próximo día…
Laura, estas palabras son sólo tuyas y me permito conservarlas por el gran cariño y amor que te tengo. Si aun no extraño, raramente con estas palabras, contigo comienzo a sentirlo. Te llevo siempre en mi corazón.
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