miércoles, 27 de septiembre de 2006

LACERACION (Parte III)



De espalada sobre el suelo, en la inmensidad del cielo se clavó y perdió contrariada su mirada. Sin entender nada de todo lo que su mente se reprochaba lanzó un suspiro y con el corrieron lágrimas de infortunio, el sol no estaba.

Tanto lloró que de sus ojos nacieron, junto a la lluvia, naturalezas únicas y extrañamente presentes. Por un instante mil fantasías recrearon su imaginación, pero sólo por un instante.
Bellos sembradíos se distendieron por todo el lugar. La creación de años fue contemplada en minutos, y cada bella flor lo observaba atendiendo a sus reclamos, pretendiendo sonreírle mostrándole sus mejores colores, haciéndole sentir sus más suaves hojas, pero el cielo gris reflejado en sus ánimos lo hicieron renegar de bella loca hermosura.
Un guerrero derrotado, apuñalado por sus propias expectativas cayó de rodillas rendido sin fuerza alguna escupió su amargura al cielo por no permitirle ver la luz que sembraría su camino:

…Tanto poder es el tuyo, maldito ser que palabras no tiene para contentarme como en mis sueños lo prometiste. Justifica tu ausencia!!!, porque así, ausente, tu calor y tu fuerza de nada vale.
…Te ocultas maldito ser y consigues con ello nublar mis pasos por el camino que en mis más hermosos momentos juraste iluminar.
Hazte luz maldito ser!!... hazte luz!!

Tanto ahínco y tanta fuerza puso en sus palabras que su rostro desformado por tanta pena palideció y con ello cesó de gritar…Las nubes crecieron aun más y a su manera, con gotas habladas, insistieron en confirmarle nuevamente que el sol no estaba.

IMPOSTA (Parte II)


Su mirada oculta tras la barrera del silencio, el poderío inmenso que lo levanta. Ya no hay personajes que lo observan. Ahora las miradas divergen desde un mismo punto volviendo al inicio al que pertenecen, mirada inquebrantable, suya solamente.
El rodeo de cuerpos incitando su coraje atraviesa el campo como penas desvanecidas que alinean el torbellino de lacra que lo persigue una vez, y otra vez más.
El dolor existe y en un segundo cicatrizan sus llagas como años pasan, dejados en plena arena, convertidos en polvo.

[Experiencias de un gigante] configuran al ser In-Humano que en sus ojos brillantes se contentaban por pertenecerles y con sabiduría guiarle cada paso.
Desnudo empieza, desnudo se sabe imperfecto, un tanto menos de cuanta vestimenta vulnerable lo cubrió.
Y sollozando a gritos alzó la voz:

[Mentiras a mis ojos]… , más mi alma te reconocerá y entonces yo sabré cuando el sol brille impetuoso y me cuente respondiendo mudo a mis palabras, tan solo las tuyas, tan solo tus palabras se las tragará la oscuridad y se estrellarán una y otra vez por tu desgraciada permanencia.

[Fallaras si me tocas]… , siendo mi piel la arcilla que mis ojos mojaron y bañaron en tu presencia y en tus miles de ausencias, haciendo de ella el muro en el que días tercos atravesar te empeñarás.
[Y madurando mi dolor]… , te perdono sin estar de acuerdo, no olvidando tus apariencias porque ninguna casualidad suavizará entonces tu delirante efigie tan poco transparente.


… Mi comienzo tuvo un fin… Y con este fin comienzo otra vez, momento que desluce tu vigor ante el mío y te combate únicamente con indiferencia, sin armas ni laberintos perpetuos, ya sabiendo sin decirlo, quién vencerá.

Y el cielo se encogió apacible sobre su espalda, iluminando con cada estrella su hermoso corazón, suavizando con la brisa cada rincón de su cuerpo, dibujando nuevas líneas cubiertas por la sangre eufórica que ahora recorren sus venas. Con ansias esperando el sol, abrazado por la calidez de la noche en aquella misma plataforma de combate cerraron sus ojos el día y soñando momentos dulces recibió el amanecer.

No estuvo el sol…

PREFORMACION (Parte I)


Preformación (Parte I)

Batallas… batallas de un guerrero que nació en plena flor creciente de arenas desoladas, donde nunca hubo hombre alguno por elogiar, paraíso azul de estrellas luminosas.
El poblamiento apresurado de gentes próximas a la leyenda futura produjo tormentas eternas, mezcla de lluvia y barro empedraron su piel nueva y virgen, maltratando y sanando en un ciclo que nunca termina.

El caos se inicia, la cruzada comienza, la gente aplaude algo que no entiende, un espectáculo burdo incapaz de ser frenado por el mundo, que participa innegablemente en los inicios pero que pareciese no presenciar vez alguna un final. Y desploma Sonrisas violentas sobre el aire provocan su gran caída. El suelo inmóvil recibe en sus deformidades las gotas de dolor, sangre de pesadumbre cubren sus ropas, impregnan su piel, mojan su espacio material, plataforma jamás explorada por alguien.
La caída por perpetuos segundos produce mucho mal, y produce demasiado bien, consigue ver a aquel hidalgo en el abismo de aquel encierro al que obligada o aleatoriamente fue sometido.
Ya sin contrincantes, ningún espectador, sólo la imagen desvalida de cual inexperto hombre. Oscuro escenario, el tiempo no corre, sólo las voces del cielo buscando un alma para llevar.
Hombre ignorante, estúpido e iluso, no encuentra como sanar, lograr levantar, armaduras rotas de papel completan su lugar.
Odio pasajero convertido en vigor, protesta, lucha, creado para ser in-humano… “el ser in-humano”, mezcla incógnita para quien nuevamente lo enfrentará.