sábado, 14 de julio de 2007
TRILOGIA TRIMEMBRE "C"
Trilogía Trimembre “C”
Trilogía // Conjunto de tres tragedias de un mismo autor presentadas a concurso en los juegos solemnes de la antigua Grecia.// Conjunto de tres obras dramáticas o novelísticas que tienen entre sí cierto enlace.
Trimembre // De tres miembros.
“C” // Tercera letra del alfabeto español y de las lenguas romances.
Trilogía Trimembre C.
No son tragedias ni comedias y el autor esta vez no está reconocido, presentadas fuera de concursos y juegos solemnes y pomposos, sólo guardadas cada noche bajo la funda nueva de mi almohada.
Conjunto de tres obras. Con un toque de drama en la abstracción y visualización de sus huellas. Partes de mi novela que tienen entre sí cierto enlace, representadas las tres por la letra “C”, tercera letra del alfabeto español y de mi lengua que las pronuncia.
Ni las obras de mi reconocido Paul Cézanne habían provocado en mi tanta emotiva hermosa obsesión. Tal vez la melancolía de sus primeros trabajos y la melancolía que siento yo por la trilogía en algo se parezcan.
Ni la madurez compositiva que demostró Van Gogh en “La habitación de Vincent en Arlés”, ni los colores brillantes, ni sus pinceladas enérgicas se comparan con la emotividad con la que fueron retratadas las obras “C”, producto de la madurez provocada y los colores a veces oscuros que ellas mismas en mi retina dejaron impregnadas.
Primera “C”
Fines de 2004. La exposición o muestra de este año parecía ser una más y muy similar a la de años anteriores. Caminé siguiendo al grupo que se detenía no más de cinco segundos a contemplar la gran variedad de artículos. Era como estar en una exposición organizada por el Instituto Americano de Nueva York, pero esta vez adaptada a las características propias del lugar, de la gente y de sus capacidades en constante desarrollo.
Tras media hora de apreciar vagamente colores, estilos y técnicas me detuve frente a la obra más llamativa para mi gusto de ese lugar. Estuve 10 minutos apreciándola, salí del lugar como un enamorado a primera vista y desde ese preciso día quise obtener más información sobre ella para poder adquirirla. Lo conseguí. Era original y única. Sus hermoso colores me llenaban de felicidad cada vez que la observaba, era fascinante, cada detalle parecía ser nuevo para mi, la puse cerca de la ventana de mi habitación porque ahí cada mañana junto al sol me regalaban un hermoso despertar. Llegó el invierno, el frío y las tormentas, hasta que un día fue tan impetuosa la lluvia y el viento que con su poder lograron abrir las ventanas de mi habitación. La corriente de viento hacía que la lluvia cayera en todas direcciones y no hubo tiempo para evitar contemplar aquella alucinante y majestuosa obra totalmente empapada. Las gotas de agua caían como hileras de tinta creando una cortina opaca sobre la tela. Los colores se mezclaron y tornaron confusos, muy confusos y ya no me expresaban lo mismo que antes. Vi todo oscuro y no sabiendo qué hacer para poder arreglar mi tan preciada adquisición, rompí en llanto.
Segunda “C”
Fines de 2006. Esta vez me encontraba de viaje acompañado por un viejo amigo visitando distintos parajes, hasta que nos detuvimos en la ciudad que tuvimos como último destino antes de mi regreso a casa. Ahí nos esperaba un guía que nos acompañó durante el día y tras conocer algunos lugares pasamos por una feria establecida en el lugar ya hace unos 20 años. Allí se producían encuentros periódicos o esporádicos entre compradores y vendedores para mostrar las más diversas mercancías, entre ellas obras de arte, y fue ahí donde encontré la segunda “C”. Era un trabajo hermoso y cargado de sensibilidad, aparentemente la técnica utilizada fue el puntillismo que a mi gusto podía hacerme volar sobre una realidad inexistente o poco terminada y claramente alejada del naturalismo. Era hora de regresar a casa, y el sentimiento de angustia se apoderó de mi ser una vez habiendo sabido que su precio fue demasiado elevado para mi y que más allá de eso ya había un comprador. Volví a mirarla y sentí que su expresión me llegaba al corazón. Pasaron los días y me enteré que nuevamente estaba en venta y esta vez utilicé todos mis recursos para poder tenerla a mi lado, era mi gran oportunidad, la segunda verdadera oportunidad. Fueron un par de meses de conversaciones con el vendedor y en ese lapso volví a examinar un par de veces la obra y fue así como surgió en mi un replanteamiento de lo que ella me inspiraba: Sin duda era sorprendente, expresaba mucho idealismo pero a la vez tenía contrastes muy notorios en algunas partes que hacían que mi cabeza se confundiera y finalmente dudara hasta el punto de amargamente decidir cancelar la esperada transacción.
Tercera “C”
Inicios de 2007. Eran tiempos de cambio. Me fui al tercer piso de un edificio y ahí pasé algunas tardes consultando parte de exposiciones mundiales. Me causó curiosidad el Museo de Arte de Ponce que presenta anualmente tres exposiciones de pintura. Organiza, además, talleres para niños, clases de arte para adultos y numerosas conferencias. Fue un día de Enero entonces, cuando conversando con un amigo proveedor de Puerto rico, hizo llegar a mí sin explicación ni razón alguna un contacto perteneciente a mi país. Como si hubiese adivinado que las obras complejas y bien terminadas atraían rápidamente mi atención.
Me presentaron la obra, nueva y coincidentemente una obra “C”, pero esta vez no la vi en persona. Durante un par de meses me la fueron describiendo y mostrando en imágenes y cada día aportando un nuevo detalle con los cuales se iba componiendo en mi mente el trabajo más encantador que pudiera haber imaginado, me sentía muy representado con sus colores y matices, con su intencionalidad emotiva y las energías que transmitía, y aun no pudiendo tenerla cerca para poder contemplarla verdaderamente me sentía de todas formas maravillado, porque sin duda era una pieza única la cual indudablemente mucha gente debía admirar.
Pasaron seis meses, y la necesidad por expresar mi encantamiento se manifestó en un comunicado que hice llegar por correo al lugar en que se encontraba aquel compatriota que se había encargado de darme a conocer un ejemplar tan completo y de mi entero gusto como nunca antes había encontrado. La respuesta fue clara e inmediata. “NO HAY POSIBILIDAD ALGUNA DE VENTA”. Quise rebatir. Quise volver a pronunciarme, pero al leer sus palabras tan sentenciosas me sentí ahogado e incapaz de esbozar frase alguna, sintiéndome perdido y nuevamente equivocado.
Primera Obra “C”, Conseguida.
Segunda Obra “C”, Cancelada.
Tercer Obra “C”, Coartada.
Una obra de arte, específicamente una pintura, constituye para mi un cúmulo de experiencias cargadas de emotividad las cuales van representadas y retratadas en el dibujo y elementos utilizados. En consecuencia, estos trabajos pueden ser motivo de alegría, desprecio o admiración.
Cada obra “C” es entonces un amor, y en la actualidad, tan sólo la representación y significación de los sentimientos que ellas en algún momento internaron en un pequeño corazón. Por tanto, hoy en día son simbólicamente retratados sobre una maltratada tela llama recuerdo.
C: Inicial coincidente de cada miembro y por consiguiente de cada obra.
FOTO:
"EL JUICIO DE PARIS"
(PAUL CEZANNE)
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