martes, 24 de abril de 2007
INTROSPECCIÓN II
Un tic-tac tras otro. Sin minuteros ni segunderos en nuestra habitación, sumido en el silencio que presiona y ataca con sus ágiles y tormentosos momentos vacíos, que rebotan de un lado a otro sobre cuatro paredes y que el suelo que nos mantiene absorbe toda vez que logras ponerte en pie. Es tan sólo el tiempo que se hace presente incesante en tu mente tras cada lapso encantado, que se pierde cada vez que un largo cuestionamiento se apodera de quién eres y hacia dónde te diriges.
Y es ahí donde pierdes la continuidad de una madeja mal conservada o enredada, según muchos, por el destino que fue preparado para ti.
Hoy no es una pérdida, ni dos, ni tres, tampoco un cambio, una traición o decepción de todas las que no esperaste y que pudiste tener. Hoy es el decantamiento seguro de todo aquello que para ti, un día, fue una real mezcla de componentes perturbadores y enemigos que enlodaron tu espacio físico y mental. Hoy, tu piel ejerce el tamizado de esa gran argamasa que fue cubriéndote sin que te dieras cuenta.
Como cuando un animal en fase de desarrollo tras la salida de su huevo, comprendido en una larva, busca el estado de adultez desde el momento en que se va configurando la oruga. Comienza a cruzar etapas mientras conoce la vida y en su recorrido aprende a prepararse para su pronta y esperada metamorfosis. Es ahí donde en su capullo reúne todo lo que en su camino obtuvo, todo lo necesario para luego ser procesado y utilizado a su favor, en una fase de reposo nutricional, y luego con gran éxito conseguir volar.
Aun no has podido determinar si estas dentro de un capullo particularmente más engrosado por basuras que el ambiente adhiere a ti a medida que pasan los días, o si eres realmente los restos de piel o crisálida que penden de una hoja o rama perdida en la existencia, inservible, vulnerable y vacía. Tal vez una estancada e inconclusa transformación.
¿Pero qué más necesitas para cumplir con el proceso?
No lo tienes todo, pero tampoco careces de mucho, sin embargo, todo aquello que posees no te ha sido suficiente para completar el ciclo.
Sin duda aun no es el final de nuestro ciclo y ciertamente cada día, cada amanecer es posible comenzar uno nuevo, pero tu y yo sabemos que en cada despertar de un desconocido día deseas volver a cerrar los ojos una vez más y en lo que nos permite la mente encontrar por vagos pasajes llamados sueños, te esfuerzas por recuperar afanosamente aunque sea en fantasías aquello que te permite volar, aquellos bonitos recuerdos de los que un día orgullosamente cogiste sus bonituras y te esperanzaste por comenzar y seguir construyendo, con tus pasos, un gigante puente que con los años gracias a tu esfuerzo sin dificultades podrías cruzar.
¿Te preguntas dónde está la magia?, ¿dónde está el verdadero sentido de las cosas?, ¿qué mal hay en nuestros ojos que no permiten deslumbrarte con cada detalle especial de situaciones y momentos?
Eres una máquina con inclusión de vanos sentimientos que se limitan en reiteraciones y en producción de algunas cuantas lecciones mal aprendidas. Pero es la emotividad innata quien te lleva una y otra vez por situaciones que al final todas convergen en un mismo punto: la desilusión o el fracaso.
Y que complejo es que llegues a anteponer en toda situación nuestras ilusiones, tus ganas, tus ansias, tus deseos y nuestras expectativas por evitar que una vez más aquello que puede en un momento elevarte hasta el cielo, se derrumbe con una simple palabra pretendiendo arrastrarte burlescamente en el suelo.
Es poco generoso que estemos condicionados a prever y a estar predispuestos por el maldito temor al dolor en cualquiera de sus grados y manifestaciones.
Pero aceptas el dolor porque es parte de la vida y como está escrito son cicatrices que cargas como si fueran medallas, no obstante, me gritas cada noche que si para ser un campeón es requisito vivir en tu estado, prefieres perder feliz a ganar sin sentido llorando. Tienes claro que otros han sufrido los peores de los castigos, han llorado más que tu o tal vez llevan en su piel cicatrices gigantes que perpetúan aquellos detestables momentos. No te es suficiente consuelo, porque siempre has señalado que cada ser no alcanza a conocer verdaderamente el dolor hasta el momento en que lo vive en carne propia, por tanto, para ti, lo que sufres lo sufres totalmente y no te lo tragas o reprimes pensando en el hipotético dolor de los demás.
Hoy no sabes, hoy no entiendes, hoy no encuentras, hoy no planeas y tampoco sueñas. Hoy prácticamente estas impulsado por el viento disfrutando de una libertad que te encarcela y te obliga a seguir con el sistema, porque clara y simplemente estamos inmersos continuando en razón al sistema.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Hola capullo…escuincle …baboso pichi cabron ojojoj de nuevo amigo... el ciclo comienza esperemos con nuevas armas y escudos para lo que nos deparan nuevos e inesperados vientos...
siempre es posible sentir o percibir el dolor de otros no medirlo o dar un grado en escalas... pero existe la empatía como capacidad inherente del ser humano...amigo mío nunca más te sientas solo...suena lindo decirlo...pero ambos sabemos que es algo difícil pero no imposible de percibir ...sebes que siempre estarás en mis oraciones...y por muy lejos que nos encontremos el uno del otro... siempre cuente con este amigo suyo...que independiente de los errores y ÑANQUECES que cometa... te quiere y mucho.....recuerda siempre eso ya... EDDO un muy fuerte abrazo amigo mío... espero saber de ti pronto...
_________RoDaLeXMaN______________
Publicar un comentario